Todas las semanas me llegan al e-mail consultas como estas:
“Siento una necesidad enorme de descubrir cosas en mí y de cambiar, pero no sé por dónde empezar”“He sentido que quiero escapar de esta burbuja y no sé muy bien por dónde empezar”“Mi sueño es crear una escuela Montessori donde los niños sean felices pero no tengo dinero y no sé por dónde empezar”“Al igual que tú tengo la idea de independizarme y ser mi propio jefe. Solo que no sé cómo empezar un proyecto”“Necesito un cambio en mi vida ya. Estoy cansado, me siento perdido y no sé qué debo hacer para volver a sentirme feliz”“Realmente estoy en un momento de mi vida donde tengo que sacudirme y empezar a hacer lo que quiero y ser Feliz para siempre. No sé por dónde empezar y quisiera que me ayudaras a guiarme en como arrancar de cero”
Sentirse bloqueado ante un gran proyecto o ante lo desconocido es algo completamente normal. Yo también he querido y quiero huir de mi vida a veces cuando todo se pone en contra. Por ejemplo, me he visto en esa situación muchas veces, entre ellas el día que decidí crear un negocio pasivo para irme a viajar por el mundo (por aquel entonces las palabras ‘WordPress’ y ‘afiliados’ todavía me sonaban a chino) o cuando me dejó mi primera novia y me propuse comprender de una vez por todas qué es lo que quieren las mujeres.
Afortunadamente, el saber ‘buscarse la vida’ y encontrar los recursos necesarios para conseguir cualquier cosa que te propongas es una habilidad que puedes desarrollar. De hecho, considero que es una cualidad IMPRESCINDIBLE si quieres construir tu estilo de vida ideal en vez de seguir ciegamente el camino que marca la sociedad.
Como me interesa que tengas éxito para que algún día seas millonario y me lleves en tu yate a recorrer el Mediterráneo, hoy me gustaría compartir contigo el sistema que utilizo para desbloquearme cuando quiero hacer algo y no sé por dónde empezar.
1. Define claramente tu objetivo
El motivo principal por el que la gente se paraliza y no es capaz de continuar es porque no tienen claro lo que quieren.
Es muy difícil enfrentarse a un proyecto tan grande y tan abstracto como “crear una escuela donde los niños sean felices”, “independizarte y ser tu propio jefe” o “empezar a hacer lo que quieres y ser feliz para siempre”. Si no sabes que aspecto tiene el monstruo, no puedes cortarle la cabeza.
El secreto está en definir con todo lujo de detalles tu objetivo. Sé todo lo concreto y específico que puedas. En vez de decir que quieres “escapar de esta burbuja”, di que te gustaría “crear una página de afiliados que genere más de 1.000 euros al mes y requiera menos de 10 horas de trabajo a la semana, que te permita dejar tu trabajo y recorrer el sudeste asiático con una mochila”. Lo primero es inabordable; lo segundo es mucho más sencillo.
¿Y SI NO SABES EXACTAMENTE QUÉ ES LO QUE QUIERES?
Es posible que apenas conozcas el nuevo campo de conocimiento en el que te quieres meter. En ese caso, no te queda más remedio que investigar sobre el tema para entender cuáles son las distintas opciones que ofrece.
Eso es exactamente lo que tuve que hacer cuando quise montar mi primer negocio por Internet. No tenía ni idea de qué tipos de negocios online existían, así que me puse a buscar en Google. De esta manera encontré un audio de Pat Flynn en el que explicaba distintas maneras de ganar dinero en la red, y de entre todas ellas elegí la de crear una página nicho y monetizarla con AdSense porque era la que mejor se adaptaba a mis intereses.
2. Traza tu plan de acción
Una vez que tengas clara tu meta, lo siguiente es hacer una lista de los pasos que necesitas dar para ir desde A (donde estás ahora) hasta B (donde quieres llegar). La idea es dividir un problema grande –tu objetivo– en varias tareas sencillas y accionables.
Por ejemplo, en el caso de la página de afiliados del punto anterior quedaría algo así:
- Hacer un análisis de palabras clave y seleccionar un buen nicho
- Buscar un producto o servicio que promocionar como afiliado
- Comprar el dominio
- Montar la página web
- Escribir cinco artículos diferentes
- Crear enlaces a la web hasta posicionarla la #1 en Google para la palabra clave principal
Cuando hayas acabado, hazte las siguientes preguntas para cada paso de la lista:
- ¿Cuánto me va a costar?
- ¿Cuánto tiempo me va a llevar?
- ¿Qué habilidades necesito?
- ¿Qué contactos me hacen falta?
Seguramente necesites buscar información adicional sobre algunos de los pasos de tu plan para ser capaz de responder a las preguntas anteriores, pero merece la pena porque la finalidad de este ejercicio es precisamente identificar posibles obstáculos ANTES de lanzarte a la piscina.
En el siguiente punto veremos cómo eliminar esos obstáculos.
¿Y SI NO SABES QUÉ PASOS NECESITAS DAR?
Si tienes dificultades con la lista de pasos, prueba a empezar por el final. Imagínate que ya has conseguido tu objetivo… ¿Qué fue lo último que tuviste que hacer? ¿Y antes de eso? ¿Y antes de eso?
Si aun así sigues siendo incapaz de hacer la lista, el problema es que te falta información. Lee los libros o los blogs de personas que ya hayan logrado lo que tú pretendes hacer. ¿Qué fue lo que hicieron ellos?
NO TE CONFORMES CON LA PRIMERA SOLUCIÓN QUE ENCUENTRES
Siempre existen varias maneras de llegar al mismo lugar. Por eso, es importante que no te quedes con la primera solución que se te ocurra y que investigues, seas creativo y consideres varias opciones.
Te interesa que el camino sea lo más directo y agradable posible, así que céntrate en soluciones que requieran poco tiempo, cuesten poco dinero y te diviertan.
NO TENGAS MIEDO DE HACER MODIFICACIONES
Según vayas aprendiendo y reflexionando sobre tu proyecto, es posible que se te ocurran nuevas ideas, o que te des cuenta de que lo que querías inicialmente no es lo que realmente quieres. En cualquier caso, no dudes en hacer cualquier modificación que creas conveniente. Este es un proceso dinámico.
3. Elimina los obstáculos
Si has seguido mis instrucciones, ahora deberías tener una lista con todas las tareas a realizar para conseguir tu objetivo, junto con el tiempo, dinero, habilidades y contactos que necesitas para cada una de ellas.
Revísala una vez más. ¿Ves algo que no encaje? ¿Algún paso que no te acabe de convencer o que te sientas incapaz de realizar?
Estos los obstáculos más comunes que te vas encontrar y cómo superarlos.
NO TENGO TIEMPO
Pienso que las personas siempre acabamos sacando un rato para hacer lo que realmente queremos hacer, y que la frase “no tengo tiempo” suele ser una excusa en el 99% de los casos. Por eso, si te encuentras en esa situación, te diría que fueses sincero contigo mismo y te planteases si de verdad deseas conseguir tu objetivo.
Dicho esto, es cierto que a veces estamos tan ocupados con nuestro trabajo y nuestros compromisos que apenas nos queda tiempo para nada más. En ese caso, la única solución es eliminar. Parar de hacer algunas cosas para dejar espacio a otras nuevas.
Aquí tienes algunas ideas para empezar a simplificar tu agenda:
- Cosas que sólo haces porque te preocupa lo que otros puedan pensar de ti si no las haces. Lo he repetido muchas veces, pero tu vida es sólo tuya. Si haces lo que quieren tus padres, tus amigos o la sociedad en vez de lo que quieres tú, nunca serás feliz.
- Cosas que sólo haces porque alguien tiene que hacerlas. La pregunta es: ¿Y por qué tú y no otro? ¿Qué pasaría si dejases de hacer estas tareas? ¿Se acabaría el mundo?
- Cosas que sólo haces porque has invertido mucho en ellas. Cuanto más tiempo, dinero o energía invertimos en algo, más nos cuesta abandonarlo. Así es la naturaleza humana. Sin embargo, no tiene sentido seguir dedicándole tiempo a algo que ya no funciona. Admite tu error, no lo hagas más grande y pasa a otra cosa.
- Compromisos. A veces nos comprometemos a hacer cosas que no queremos hacer o simplemente a hacer más cosas de la cuenta, y esos compromisos se acaban convirtiendo en una pesada carga que nos amarga la vida. Aunque es importante que seas honesto y no rompas tu palabra, normalmente es posible hablar con la otra parte, explicarle tu situación y llegar a un acuerdo para anular el compromiso.
NO TENGO DINERO
Si el problema es el dinero, tienes varias opciones:
- Encontrar una manera más económica de hacer lo que te propones. ¡Se creativo! ¿Existe una alternativa más barata? ¿Puedes aprender a hacerlo por ti mismo en vez de contratar a un tercero? ¿Puedes pagar con tus servicios en vez de con dinero? Mi teoría es que el dinero también suele ser una excusa. Mucha gente dice que no viaja porque “es muy caro”, pero he conocido a multitud de mochileros que llevaban años viajando por el mundo trabajando en albergues a cambio de alojamiento y comida, y vendiendo artesanías o tocando la guitarra en la calle para pagarse el resto de sus gastos.
- Empezar por algo más pequeño e ir creciendo poco a poco. Si tu objetivo es crear una página de afiliados en un nicho muy competitivo y calculas que vas a necesitar invertir 5.000 euros en SEO para posicionarla, detente. Crea primero varias webs en nichos más sencillitos y cuando comiences a generar ingresos reinviértelos en el proyecto.
- Ahorrar. Reduce todos los gastos que consideres prescindibles y utiliza ese dinero para hacer tus sueños realidad.
- Aumentar tus ingresos. Personalmente, esta alternativa me gusta más que ahorrar, especialmente si esto último implica grandes sacrificios. ¿Puedes encontrar un empleo con un sueldo más alto? ¿Puedes montar un pequeño negocio al que dedicarte en tus ratos libres?
- Pedir un préstamo. Salvo raras excepciones, esta es una opción que no te recomiendo porque si lo que pretendes hacer sale mal las deudas pueden limitar tu libertad durante los próximos años. Como regla general, si te tienen que prestar dinero revisa tu plan.
NO SÉ HACERLO
El obstáculo más común que te vas a encontrar en el camino hacia tu meta es la falta de conocimiento para llevar a cabo alguno de los pasos. Afortunadamente, vivimos en la sociedad de la información y es más fácil que nunca desarrollar cualquier habilidad. ¡No dejes que el no saber algo te detenga!
Estos son mis tres métodos favoritos para adquirir nuevas destrezas:
- Material gratuito. Cuando necesito aprender algo, lo primero que hago es buscar en Google “cómo hacer X”. Normalmente eso es suficiente para acceder a cientos de artículos, vídeos y tutoriales gratuitos sobre el tema.
- Libros. A veces, el material gratuito que encuentro en Internet no es de buena calidad, está desactualizado o está incompleto. Cuando esto ocurre, lo que hago es comprar en Amazon el libro de alguno de los mayores expertos del mundo en la temática sobre la que quiero aprender.
- Cursos. Aunque los libros son fantásticos, hay ocasiones en las que quiero profundizar aún más en un área determinada o quiero contar con la ayuda personalizada de un entendido en la materia. Un curso es la opción ideal en ese caso.
Elijas el método que elijas, asegúrate que la información venga de alguien de fiar y con experiencia probada en el campo sobre el cual quieres aprender. Como dice el refrán, “el HTML lo aguanta todo”, y hoy en día abundan en Internet los vende-humos y falsos gurús que sólo quieren sacarte el dinero.
Por último, recuerda que si no sabes hacer algo siempre tienes la opción de contratar a otra persona para que lo haga por ti. Esta suele ser la alternativa más cara, pero también la más rápida y en ocasiones la más fiable. Si eres un novato total, puedes permitírtelo y se trata de algo que no vas a volver a hacer en la vida, quizá te compense pagar por los servicios de un experto.
NO TENGO EL VALOR
Es normal sentir miedo. Es una emoción que todo el mundo siente cuando se enfrenta a una situación desconocida o con un resultado incierto. Y sí, he dicho TODO el mundo, incluido yo y otras personas a las que admiras por su valentía.
No existe ningún truco ni técnica milagrosa para dejar de tener miedo. Es algo que siempre va a estar ahí, a tu lado, así que lo mejor que puedes hacer es aprender a convivir con él y no dejar que te paralice. Tienes que aprender a actuar aunque estés aterrorizado, esa es la clave.
Mi experiencia con el miedo es que es más grande cuanto mayor es la sensación de incertidumbre. Por eso, antes de empezar algo nuevo estás tan asustado pero una vez que has arrancado te vas tranquilizando según ves que “no era tan terrible como pensabas”.
Conclusión: ¡no le des tantas vueltas! Ignora tus miedos y ponte en marcha lo más rápido posible, porque hacer aquello que temes es la única manera de que deje de darte miedo.
NO QUIERO PAGAR EL PRECIO
Este último punto incluye todos los argumentos tipo “quiero viajar, pero me da pena no poder ver a mi familia y mis amigos en un tiempo” o “me gustaría perder peso, pero es que me encanta comerme un bote de helado todas las noches”, que realmente no son obstáculos sino situaciones en las que no quieres pagar el precio.
Tienes que entender que la vida es una serie de sacrificios calculados. Para conseguir ciertas cosas, tienes que renunciar a otras. No puedes tener la tarta y comértela también (salvo en algunas ocasiones). O dicho a la española: para hacer una tortilla hay que romper varios huevos.
Conseguir tu meta va a suponer necesariamente hacer algunos cambios en tu vida, y no te queda más remedio que elegir: ¿quieres quedarte cómo estás o estás dispuesto a pagar el precio para conseguir algo diferente?
BONUS: Sobre pedir ayuda
Es posible que te atasques en alguna parte del proceso. Que por muchas vueltas que le des no seas capaz de trazar un buen plan de acción, o que llegues a un paso en el que después de intentarlo varias veces sigas sin conseguir los resultados esperados. En ese caso, lo mejor que puedes hacer es pedir ayuda. Sin embargo, es fundamental que sepas cómo pedirla.
Cuando te pongas en contacto con alguien para pedirle un favor, especialmente si es una persona muy ocupada, debes ponérselo lo más fácil posible. No puedes llegar un día y soltarle:
“Hola, mi trabajo no me llena, ¿qué hago?”
Primero, porque esa persona no tiene suficiente información como para responderte. Segundo, porque no estás valorando su tiempo y eso es una falta de respeto. Y tercero, porque le estás haciendo responsable de tus problemas; no le estás pidiendo consejo, le estás pidiendo que te solucione la vida.
Lo más probable es que no te responda, y no deberías extrañarte por ello. De hecho, puedes estar agradecido si no te manda a la m****.
Una mejor manera de pedir ayuda sería algo así:
“Estoy intentando hacer A y no soy capaz. De momento he probado B con resultado C, y D con resultado E. Ahora estoy bloqueado. ¿Qué me recomiendas que haga?”
Fíjate en la diferencia. En este segundo ejemplo:
- Le estás facilitando mucho la respuesta porque estás siendo muy específico
- No le estás haciendo responsable de tus problemas, solamente estás pidiéndole consejo
- No le estás exigiendo que te solucione la vida, sino que estás acudiendo a él como último recurso después de intentarlo varias veces por tu cuenta
Pide ayuda cuando lo necesites, pero hazlo correctamente y con educación. No sólo recibirás más respuestas, sino que recibirás mejores respuestas y no ofenderás a nadie.
NOTA: Esta entrada la he sacado de este fantástico post de Ángel Alegre sobre No se como empezar. Te recomiendo que le eches un vistazo.
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¡Enhorabuena! Has llegado hasta el final.
Ahora no sólo sabes por dónde empezar, sino que además tienes un plan de acción paso a paso para hacer realidad tu proyecto. Espero que lo pongas en práctica, porque la única manera de tener éxito es ACTUANDO, y en eso sí que no te puedo ayudar.
¿A qué estás esperando?
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¿Cuándo fue la última vez que quisiste hacer algo pero “no sabías por dónde empezar”? ¿Cómo lo resolviste? ¡Cuéntanoslo en los comentarios!
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